YVES KLEIN

BREVE BIOGRAFÍA Y EL SENTIDO EN LA OBRA-

Yves Klein, que falleció a la temprana edad de 34 años, se cuenta entre los artistas más originales y más relevantes del siglo XX y realizó toda su producción artística en el breve lapso de siete años. Fue precursor de muchas de las prácticas y tendencias artísticas que llegaron a generalizarse como el happening y la performance; el Land Art o arte medio-ambiental, el arte corporal y elementos del arte conceptual jalonan su obra, cuya influencia perdura aún hoy. Su intrincada personalidad, que fluctuaba entre la extrema concentración y la total ausencia de límites, se refleja en su trabajo en el que monocromía y figuración, o espiritualidad y teatralidad, no se plantean como antítesis sino que, más bien al contrario, contribuyen a la finalidad suprema de Klein: abarcar la vida a través del arte.


























Klein nació en 1928 en Cagues-sur-Mer, en el seno de una familia vinculada al arte. Fred Klein, su padre, era pintor figurativo y su madre, Marie Raymond, era pintora abstracta vinculada a la tradición de la Escuela de París. Sin embargo, Yves Klein inició su actividad profesional como yudoca. La influencia de su intensa vinculación con la filosofía y la práctica de este arte marcial, que le llevó a estudiar durante 15 meses en el prestigioso Instituto Kõdõkan de Tokio, perduró en su concepción del arte. El judo Kõdõkan está profundamente influido por la filosofía Zen y aboga por la comunión entre mente y cuerpo, por la plena armonía con la existencia, por el desarrollo de la perceptividad y la búsqueda de un estado de vacío. Por otra parte, Klein siempre tuvo un gran interés por las enseñanzas místicas cristianas de la doctrina rosacruz. Su fuerte afinidad por lo ritual y cuestiones relativas a la inmaterialidad y el vacío que perduró en él a lo largo de toda su vida expresan su interés por los temas espirituales.


















La primera aparición oficial en escena de Klein como artista visual se produjo en 1955, cuando presentó su monocromo Expresión del universo de color naranja plomo en el Salon des Réalités Nouvelles. El cuadro fue rechazado por el certamen con el argumento de que un único color no era suficiente para construir una pintura. La pieza,  compone  una serie de monocromos tempranos en amarillo, blanco, negro, rojo, rosa y verde.
Preocupado por romper con toda forma de expresionismo, Klein rechazó el pincel prácticamente desde los inicios de su carrera porque era un instrumento que él consideraba "excesivamente psicológico" y empleaba rodillos, que eran "más anónimos" y le permitían "generar una distancia" entre él mismo y sus lienzos.



EL “AZUL KLEIN”
"Un pintor ha de pintar una sola obra maestra: su propia persona, constantemente, y convertirse en una especie de pila atómica, una especie de generador de radiación constante que impregna la atmósfera con toda su presencia pictórica, que se fija en el espacio tras su paso". Klein atribuía un papel especial al color azul que, como el cielo y el mar, encarnaba los aspectos más abstractos de la naturaleza tangible y visual. Buscó largamente un azul que representara sus ideas y un método de aglutinar la pintura para que mantuviera la luminosidad original del pigmento.Y la gran obra maestra del francés Yves Klein (1928-1962) fue patentar un color que él mismo inventó y al que llamó International Klein Blue (Azul Klein Internacional). Lo hizo gracias a su compromiso con el poder espiritualmente edificante del color: dorado, rosa, pero sobre todo azul, un azul ultramar capaz de invocar un sentido de gran alcance sin profundidad del espacio en la superficie de la obra. "Al principio no hay nada, luego hay un profundo vacío y después de eso una profundidad azul".

El artista desafía al espectador a sumergirse en el espacio infinito del color y a experimentar una mayor sensibilidad hacia lo inmaterial.

























La visión de Klein era expresar la inmaterialidad absoluta y el espacio infinito a través del color puro. Lo hizo a lo largo de una carrera artística muy breve -sólo duró siete años, ya que a los 34 falleció de un ataque al corazón-, pero también muy prolífica. Klein comenzó a crear lienzos monocromos a mediados de los años cincuenta, pero a los 19, el artista firmó simbólicamente el cielo azul sin fondo usando su dedo, y la declaró como su primera obra. Él mismo confesaba que "el cielo azul es mi primera obra de arte". Ese momento sustenta el interés de Klein en la relación entre el espacio infinito y el arte que presagiaba su carrera breve pero sorprendente como uno de los pensadores artísticos más originales.
Después de los monocromos, Klein abandonó la especificidad de lo pictórico para concebir el arte como algo independiente de cualquier medio o técnica particulares. Así, además de abrazar la pintura, exploró la escultura, las performances, el teatro, la música, el cine y la arquitectura.

LAS ANTROPOMETRÍAS-
Entre 1958 y 1960 perfeccionó una técnica que le permitió ahondar en esta idea: utilizaba modelos desnudos a modo de "pinceles vivos" que creaban marcas y huellas bajo su dirección.
Para estas obras llamadas Antropometrías, utilizaba modelos femeninas a modo de brochas vivientes. A modo de performances pintaba el cuerpo de las modelos que debían sellar con su cuerpo azul, las telas blancas extendidas en el suelo.







EL SALTO AL VACÍO
En 1960, Klein fue invitado por Jaques Polieri a participar en una acción en la Porte des Versailles, dentro del Tercer festival parisino de arte vanguardista en el Palais des Expósitions.
Entonces Klein publicó un periódico que trataba el tema “Teatro del vacío”. En él se presentaban ideas espontáneas para el teatro, simulando ser información periodística de actualidad; con este pretexto, nuestro artista presentó en la portada su retrato más famoso el “Salto al vacío”, un fotomontaje considerado una de las primeras manifestaciones performativas retratadas.

Fotografiado por Harry Shunk en la calle Rue Gentil-Bernard en Fontenay-aux-Roses, a las afuera de Paris, Yves Klein aparece en un fotomontaje suspendido en el aire tras haber saltado por una ventana, como un acto que desafía todas las leyes de la gravedad. Inspirado por el lanzamiento (un año antes) del Sputnik, Klein representa un hombre volando en el espacio. Esta imagen activaba la memoria natural del anhelo más antiguo del hombre: volar y al mismo tiempo representaba una apertura al porvenir, al futuro.




























EL FUEGO
A partir de 1960 Klein se entrega de forma creciente al fuego como medio para expresar la
energía elemental. Realizaba sus obras  usando un lanzallamas. Sus pinturas de fuego fueron creadas en eventos o acciones espectaculares y a menudo las combinó con color e impresiones corporales.







































LAS COSMOGONÍAS Y RELIEVES PLANETARIOS

Las Cosmogonías o Relieves Planetarios y otros experimentos con elementos naturales como la lluvia , el viento o las tormentas, cuya huella el fijaba sobre el lienzo o el papel, reflejan la visión cosmológica del mundo del artista. Los rastros de las fuerzas del viento, la lluvia y el aire, a veces eran hechas  por el artista adjuntando lienzos al techo de su coche a 110 kilómetros por hora.

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