VIERNES 15 DE AGOSTO
En el arte cristiano occidental, la Asunción de la Virgen es un tema tardío.
En Oriente, se veneraba la Dormición de la Virgen, de la que tenemos
grandes obras también en Occidente hasta la época del Barroco en el siglo XVII.
La Virgen tiene una actitud pasiva en la Asunción, no sube por sus propios medios sino que es subida, ascendida por las alas de los ángeles hacia el Paraíso. En algunas representaciones antiguas se reflejaba de dos maneras, la Asunción del alma y la Asunción del cuerpo.
En ocasiones, la Asunción se transforma en Ascensión, porque la Virgen no será elevada a los cielos por manos de los ángeles sino que en muchas escenas es la Virgen la que sube a los cielos, rodeada, como si fuera un cortejo, un acompañamiento solemne, de los ángeles.
El ejemplo más contundente de esta transformación iconográfica será la obra
de Tiziano, un gran retablo de altar, pintado en 1518 para un convento
veneciano. Parece que en el siglo XVII, se vuelve a la representación
tradicional, por la que la Virgen es elevada a los cielos por los ángeles que
la rodean y acompañan.
En esta iconografía de la Virgen elevada por ángeles encontramos bordados,
relieves, miniaturas, tímpanos de portadas y varias obras de pintores
célebres como Masolino, Fra Filippo Lippi, Mantenga.
En la representación de la Virgen ascendiendo sola, las representaciones son más abundantes: Perugino, Tiziano, correggio, Durero, Guido Reni, Annibale Carracci, Rubens, Rembtrandt, Poussin, Murillo, Piazzetta, para citar los más relevantes.
La Asunción de la Virgen de El Greco es un óleo sobre tela, de grandes
dimensiones, 401x229 cm. Fue pintada en el año 1577 y está en el Chicago Art
Institute.
Fue la primera obra de El Greco en Toledo, para el convento de Santo
Domingo. Obra magnífica, de gran riqueza cromática, con una ambientación
misteriosa, etérea, una obra serena en la que los apóstoles comentan en grupo
el suceso y los ángeles reciben en acto de adoración a la Virgen.
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