Baile de Tehuantepec, 1928. De
Diego Rivera (México 1886-1957).
Óleo sobre lienzo de 2,007 metros de alto por
1,63 de ancho.
Baile de
Tehuantepec, 1928. De Diego Rivera (México 1886-1957). Óleo sobre lienzo de
2,007 metros de alto por 1,63 de ancho, La obra fue adquirida por 15,7 millones
de dólares este mes por el empresario Eduardo Constantini para el Museo MALBA.
Pintada en 1928, es la obra más importante de Diego
Rivera en una colección privada fuera de México. Se exhibió por primera vez en
el MoMA en 1930 y un año después integró la retrospectiva del muralista en el
museo neoyorquino. En 1950, se presentó en la XXV Bienal de Venecia en el envío
oficial de ese país, con obras de José Clemente Orozco, Rufino Tamayo y David
Alfaro Siqueiros.
Esta última adquisición del coleccionista y empresario
argentino completa un conjunto excepcional de arte moderno latinoamericano,
formado por tres obras emblemáticas, como son Abaporu, de Tarsila
do Amaral; Autorretrato con loro y chango, de Frida Kahlo, y el Retrato
de Ramón Gómez de la Serna, en estilo cubista, de Diego Rivera.
El próximo octubre, Baile... se
presentará en el Museo de Arte de Filadelfia en la muestra Pintar la
Revolución, Modernismo Mexicano 1910-1950; en febrero irá ARCO Madrid, que,
como se recordó ayer en la feria arteBA, tendrá a la Argentina como país
invitado, y en la que también Costantini será homenajeado por su trayectoria de
coleccionista. Finalmente, en marzo llegará a Buenos Aires y será colgado en
las paredes del Malba, donde acompañará el Autorretrato con chango y
loro de Frida. Se sellará así una historia de amor que tuvo siempre su
correlato en la pintura.
La noticia del Rivera récord potencia la colección del
Malba y llega en medio de la celebración de arteBA, cuando el Museo Nacional de
Bellas Artes, nuestro museo mayor, consagra una atractiva y postergada muestra
al muralismo mexicano, con ejemplos sublimes de dibujos y pinturas de Rivera,
Orozco y Siqueiros.
En suma, se trata de una oportunidad única para
revisar la historia del mayor movimiento pictórico de México, con un potencial
político indiscutido, que dejó en la Argentina la obra más célebre del
patrimonio de los muralistas fuera de México. Se trata de Ejercicio
plástico, de David Alfaro Siqueiros, restaurado por expertos
internacionales y exhibido en el Museo del Bicentenario, vecino de la Casa
Rosada. Siqueiros y su amada Blanca Luz dejaron un testimonio único en las
paredes de un sótano de Don Torcuato por encargo de Natalio Botana, director
del diario Crítica. Allí está también plasmada la matriz estética de dos de
nuestros mayores pintores: Berni y Spilimbergo.
Extraído del Suplemento Cultura del diario La Nación.
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