Gyula Kosice



Seguramente la Ciudad Hidroespacial tiene desde ayer una nueva constelación. Gyula Kosice, su utópico creador, murió por complicaciones de una neumonía a los 92 años, en una clínica porteña donde permaneció internado en los últimos días.
Poeta y artista plástico, Kosice era el único fundador del movimiento Madí que quedaba vivo. Sus iniciales compañeros de esa ruta creativa que definían el arte como "invención y organización total del espacio" y que luchaban en contra de lo estático y en favor de las obras dinámicas habían partido hacía ya tiempo: Rhod Rothfuss murió en Montevideo, en 1969; Carmelo Arden Quin, en Francia, en 2010, y Martin Blaszko, en Buenos Aires, en 2011.



El gran maestro del "hidrocinetismo" había adoptado a los 16 años el nombre de su pueblo natal húngaro, Kosice, para firmar sus obras. Había nacido allí como Ferdinand Fallik, el 26 de abril de 1924, y junto con sus padres se radicó en la Argentina en 1928. Sólo sus hermanos mantuvieron el apellido familiar.



Kosice fue un adelantado a su tiempo. A mediados del siglo pasado ya sorprendía con el uso de gas de neón para sus creaciones lumínicas y de otros elementos, como el plexiglás, el aluminio o el acero inoxidable. Y el agua: su sello inconfundible y único. 

"Desde ahora sabemos que el agua y la lluvia van adheridos a mi nombre", dejaba constancia en uno de sus iniciales poemas.La noticia de su muerte causó dolor en el ámbito cultural local que le rendirá en los próximos días un homenaje en el Museo Nacional de Bellas Artes, cuyos detalles aún no trascendieron. 
(Extractado de LA NACIÓN)





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